Drama en el que una mujer es incapaz de asumir el suicidio de su esposo en Osaka. A partir de una milimétrica concepción del plano, del contraste de horizontales y verticales en la fotografía, de un acercamiento casi documental al drama y de cierta vibración fantástica, Koreeda indaga en la muerte y la pérdida, aunque no puede fusionar del todo la distancia de la puesta en escena con la temporalidad del relato.