Drama en el que una adolescente se prostituye con la ayuda de una amiga para poder viajar a América en Corea del Sur. Kim Ki-duk se ubica al borde de la manipulación y el moralismo. Y roda una escena vergonzosa para un director en la que un padre después de un encuentro con la protagonista llama a su hijo. Pero logra huir de la catástrofe dejando casi siempre el sufrimiento fuera de la pantalla y optar por una resolución más lírica y metafórica que trágica o shoqueante. Su mirada hacia el cristianismo y su noción de culpa algo transferible pero permeable es lo suficientemente lúcida. Pero en fin, al igual que Spring, Summer, Fall, Winter… and Spring (2003) y The Bow (2005) nos encontramos con la vertiente de Kim Ki-duk más reaccionaria y menos atractiva.