Mezcla de drama criminal e historia de amor en la que una joven muda atiende una posada en una isla de pescadores mientras un ex policía llega al lugar para esconderse en Corea del Sur. Con The Isle Kim Ki-duk empieza a llamar la atención de Occidente a partir de las historias extremas, las situaciones límites, el refinamiento estético y la belleza formal de sus films. La combinación es tan perfecta que parece irreal. La violencia logra impactar más por la acumulación (intento de suicidio con anzuelos, crueldad contra los animales, asesinatos) que por lo explícito (más bien se mantiene en off visual). El sexo está mostrado más como consuelo que como algo placentero. Los personajes están condenados de antemano, aunque pueden encontrar su propio paraíso el último y desconcertante plano de la película.
