Drama en el que un vagabundo rescata a una chica en un puente donde se tiran suicidas en Seúl. La combinación de situaciones extremas y belleza formal no hace más que llevar al film al terreno de la abstracción. Hay parecidos con la obra del primer Abel Ferrara: el olor a podredumbre revestido de estilismo de The Driller Killer (1979) y Ms. 45 (1981), aunque sin tanto anclaje en los géneros. Las escenas de sexo forzado y violento son una crítica brutal a la doble moral y la satisfacción sustitutiva. El único reparo del film es que el personaje femenino parece que ni al protagonista ni al director les importa demasiado durante buena parte del metraje. Sólo cobra relevancia en la bellísima última imagen.