Mezcla de comedia y thriller en la que un grupo de personas queda atrapado en un bar puesto en cuarentena por un virus en Madrid. De la Iglesia regresa al escenario de su primer cortometraje y a la dinámica de una de sus mejores películas, La comunidad (2000). Pero esta vez queda preso de la apuesta minimalista de la trama. El film tiene la inteligencia de mantener el punto de vista focalizado y de mostrar poco o nada de lo que pasa afuera, pero con unos personajes tan poco agraciados es poco lo que puede construir dentro del bar. La veta terrorífica y de ciencia ficción de la historia queda descartada porque son los mismos personajes los que terminan matándose entre ellos. El problema de los personajes en el cine de De la Iglesia es cada vez más evidente. La presentación de los clientes, la dueña y los empleados del bar no puede más abyecta. A mitad de camino el guión sacrifica a tres buenos personajes y se queda con los cinco menos atractivos. La película se va internando cada vez más en las profundidades y sólo puede salir a costa de golpes de efecto.