Comedia dramática en la que un director de cine es contratado por un noble para que filme la boda de su hija en Sicilia. Entre el clima levemente surreal, el humor un poco absurdo y los extravagantes personajes, Bellocchio se mueve cómodo en el terreno de la comedia. La película transita unas coordenadas poco definidas, pero los ojos tristes de Sergio Castellitto son el perfecto conductor de una historia extraña que no por ser reposada y contemplativa deja de ser imprevisible. Desde el prólogo con la boda de su hija, pasando por una insólita audición de una aspirante a actriz y la llegada al pueblo de Sicilia, hasta las conversaciones con un director de cine desaparecido y el delirante ensayo de la boda queda claro que, como lo dice un personaje, los muertos gobiernan Italia.