Drama criminal en el que un motoquero se hace amigo de un hombre que abandonó a su novia y lo lleva a vivir a su casa en el sur del Gran Buenos Aires. El esquema inicial es el mismo de Vil romance (2008). Aunque la relación no adquiere un tinte homosexual, tiene la misma naturaleza autodestructiva. El realismo de la puesta en escena se aplica a la función descriptiva de los ritos, las vestimentas y el estilo de vida de los personajes. Pero la fragilidad del equilibrio siempre a punto de romperse (las familias, las casas, las calles) y al más mínimo conflicto la violencia surge con la misma facilidad que en los films de David Cronenberg.