Drama en el que una mujer pierde a dos de sus hijos en una playa de la provincia de Buenos Aires. Adaptación del cuento Muerte en el estío (1953) de Yukio Mishima. Más allá de la gravedad del tema, Luis Ortega ensaya una estilización y erotización de los cuerpos (la escena en el recital). La referencia a Sous le sable (2000) de François Ozon resulta ineludible. A partir de los silencios y de la utilización de muy pocos diálogos, cierta atmósfera surreal y fantástica se cuela en las imágenes, pese a que la historia rara vez quiebra la barrera de la continuidad espacio temporal. Desde lo estético Ortega muestra solidez, desde lo narrativo sabe escapar los lugares comunes, ahora los conflictos contar y los personajes que decide retratar siguen estando muy por encima de sus posibilidades.