Melodrama en el que un joven se enamora de una mujer contra los deseos de su madre en Buenos Aires en la década de 1910. Desde la simpleza y contundencia Manzi y Pappier desnudan las contradicciones del protagonista. Pocas veces la figura del macho en el cine argentino ha sido llevada a tal degradación. Los sentimientos alcanzan un tono exaltado a la medida que la puesta en escena se vuelve más sobria y concisa.