Drama en el que un arqueólogo porteño conoce a una maestra rural en Tilcara. La fotografía en color y scope es el principal atractivo del film. Como historia de amor falla miserablemente y como drama social permanece muy ajeno a la situación. Los personajes y sus diálogos devienen artificiales. La voz en off del principio no ayuda. El protagonista es especialmente apático. El intercambio que tiene al principio con un niño que se le cruzó en el auto es descalificador. Después el film debe inventarse un conflicto con el accidente de ese mismo niño.