Comedia dramática en la que un grupo de jóvenes estudiantes comparte un departamento en Buenos Aires. Las películas de Romero por lo general se desinflan con el paso de los minutos. Que se entienda bien, no es que pierdan la originalidad, el ritmo o la inventiva. Es simplemente que llegan a un punto de ebullición antes de que se resuelva el conflicto por la acumulación de elementos dispersos. En esta película hay material para construir una serie de televisión (con el pequeño detalle que la televisión todavía no existía). La amistad, la lealtad y los celos femeninos están expuestos con autenticidad. Y nos regala esa imagen casi renoiriana de la ilusión del amor con la pareja en el balcón vista desde atrás.