Policial en el que un chico de 12 años trata de evitar que una compañera de colegio sea eliminada por un asesino serial en Argentina. Carlos Hugo Christensen realiza una adaptación modélica del cuento de William Irish. Las líneas verticales y los claroscuros de la fotografía son el marco ideal para la historia. La película se convierte en un claro antecedente para el psycho thriller y el slasher, aunque no muestre los asesinatos. El problema de las historias con niños en peligro es que rara vez pueden escapar de alguna contracción en el guión (el cuento original también la tenía). Si bien no hay referentes geográficos precisos, el guardapolvo blanco de los estudiantes le da un claro sabor local.