Drama en el que un adolescente se hace adicto a las drogas en Buenos Aires. La película está al borde del abismo en todo momento. Tiene momentos vergonzosos (especialmente cuando los personajes se drogan), pero por otra parte hace un atinado retrato de la relación padre / hijo, incluye uno de los nuevos ámbitos de corrupción generalizada (el fútbol) y tiene una resolución devastadora. Mucho “loco” en el lenguaje de los jóvenes.