Cinco historias de terror que transcurren durante una noche en Buenos Aires. Si bien las historias están vagamente conectadas, les falta un giro o un remate para valerse por sí mismas. Pero es un inconveniente que podría ser salvado si los personajes no fueran tan despreciables o los planteos argumentales tan infantiles. Particularmente despreciable resulta el episodio de la fiesta en que se burlan de un adolescente. Sólo la primera historia tiene un escenario sugerente, pero se acaba antes de que pueda ser explorado. El segmento en el hotel alojamiento conecta con un subgénero olvidado del cine argentino, pero no va mucho más allá de eso. La secuencia en que los zombis de ojos azules se suben al colectivo resulta atractiva, pero el episodio en sí no tiene nada que ofrecer. Eso sí, el acabado formal y técnico es más que aceptable.