Documental en el que cuarenta directores son invitados para usar la primera cinematográfica de los hermanos Lumière en conmemoración de los cien años del cine. A la selección de directores se le puede objetar muchas cosas: hay pocos nombres de primer nivel, abundancia de franceses de segunda línea, la ausencia de directores latinoamericanos y de Oceanía. Lo atractivo del proyecto son las restricciones impuestas para filmar: los episodios no pueden durar más de 52 segundos, no hay sonido directo, sólo tres tomas de práctica para cada plano. Los intentos son acompañados de entrevistas a los realizadores. En los breves segmentos hay joyas como el gesto de Jacques Rivette ante una pregunta, la lucidez de Yoshishige Yoshida sobre la capacidad de la técnología humana y la progresión surrealista del episodio de David Lynch.