Film porno en el que un asesino abusa, tortura y mata a jóvenes mujeres en Alemania. La fotografía en blanco y negro, el parpadeo intermitente de la luz y las rayas de la imagen dañada dan un marco visual enfermizo a la película. Más allá de que las escenas de sexo forzado no son muy estimulantes, es la ausencia del rostro del actor masculino la que anula toda noción de goce y sufrimiento. Bethmann consigue hacer un film porno molesto, desagradable e interminable. La dinámica de las escenas es siempre la misma (las jóvenes se masturban solas, aparece el asesino y, a punta de pistola, las fuerza a tener sexo para matarlas cuando termina). Las muertes quedan en off visual y la identidad del asesino no le importa a nadie, por lo que ni siquiera hay diálogo con el psycho thriller o el género de terror.