Cuento de terror en el que un grupo de adolescente es perseguido por la muerte en Long Island, New York después de haberse salvado de un accidente aéreo. El film toma elementos del slasher y del cine de catástrofes. El arranque es espectacular. El accidente del avión se muestra desde adentro (en un sueño) y desde afuera (la realidad) en un excelente contraste. Después es un juego de persecución con los que se bajaron del avión cuyo gran mérito es que no muestra la muerte. La película apuesta por el golpe de efecto. Al menos lo consigue. Hace lo único que se puede hacer en este tipo de films. Las referencias de los apellidos de los personajes que remiten a directores de cine de terror viene siendo una constante desde The Howling (1981). Tony Todd hace una aparición ilustre como un terrorífico personaje. Los diálogos irrisorios llevan a conclusiones improbables. Las vueltas poco atractivas como la intervención del FBI y el desaprovechado retiro en una cabaña disminuyen el poder aterrador del film. Final Destination es una prolongación de los efectos del slasher de Scream (1996) hacia un terreno más fantástico y menos tangible.