Cuento de terror en el que unos adolescentes son perseguidos por una compañera de colegio que causó una masacre y fue dada por muerta en la prefectura de Gifu. Adaptación del comic de Junji Ito. Las tramas de terror adolescentes japonesas son más confusas y complejas que sus pares americanas, pero igualmente hay lugar para el gore (una lluvia de sangre) y el sentido del humor delirante (la caja que come un yogurt). Cuando por fin se descifran de qué van los personajes y las situaciones ya no queda mucho film por delante, sin embargo se las arregla para construir un clímax desconcertante y perturbador.