Psycho thriller en el que un asesino no puede parar de matar en Illinois. Inspirado en el caso de Henry Lee Lucas. McNaughton va un paso más lejos en el retrato de la psicopatía (sin concesiones), en la utilización de un marco realista (la América profunda) y en la representación (hace cómplice y partícipe al espectador). El film es incómodo y shoqueante tanto para los aficionados del cine de arte como del cine de terror. A través de la simple yuxtaposición de una rutina gris y los cadáveres del principio, de las estilizadas formas del cine de terror (la música y la planificación) y de una perturbadora charla de sobremesa con la hermana de su cómplice (resuelta en plano y contraplano), el film escapa a la noción habitual del cine de terror y apunta a los males sociales más profundos.