Cuento de terror en el que dos estudiantes americanas encuentran a un vampiro sediento de sangre en Rumania. Más allá de las locaciones reales, los excelentes efectos de maquillaje y la simpleza de la historia, hay poco para destacar en la película. Los ridículos diálogos y actuaciones, la puesta en escena carente de ritmo y los ridículos muñequitos cortesía de la casa (Full Moon) entierran al producto en la mediocridad.