Comedia de terror en el que un estudiante americano de vacaciones es mordido por un hombre lobo en Inglaterra. John Landis escenifica la clásica historia del hombre lobo con un sentido del humor absurdo. Las delirantes pesadillas y alucinaciones en las que el protagonista habla con sus víctimas se amoldan sin problemas a la historia. Igualmente respeta la tendencia a no mostrar del cine de terror clásico. Cuando el hombre lobo ataca sólo vemos las caras de las víctimas. Los efectos de maquillaje de Rick Baker son impresionantes, pero la transformación no es tan buena como la de The Howling (1981).