Slasher en el que cuatro estudiantes universitarios alquilan un cuarto en una casa frente a la playa en Los Ángeles y son acosados por un asesino. Película de transición en el subgénero en la que los adolescentes del slasher invaden el terreno del psycho thriller clásico. El film se destaca por el retrato de sus personajes y la evocativa ambientación, aunque el guión toma demasiado protagonismo en más de una ocasión. Pese a filmarse antes del estreno de Halloween (1978) ya posee muchos de los rasgos del slasher, aunque de forma un poco tímida todavía. La construcción del suspenso a partir de pequeñas situaciones y acciones es una constante. El uso de la steadicam ya es evidente. La inclusión de una broma, susto fácil, resulta inevitable. El último tercio grand guignolesco corta un poco la dinámica del film, pero tal vez se deba a que había pocas víctimas disponibles. Destacar el peso de la historia de amor, tal vez como punto de atracción para el público femenino, y el bello primero plano de la protagonista mirando hacia arriba al escuchar los extraños ruidos poco antes del clímax. La escena en el que el joven vuelve a su habitación luego de tener sexo con la protagonista y se pone a escuchar música con los auriculares también es un bello detalle.