Comedia de ciencia ficción sobre un científico que crea un ejército de mujeres robots en bikini para seducir a los hombres más acaudalados y robarles su dinero en San Francisco. American International Pictures destina un presupuesto más holgado de lo habitual para hacer una especie de parodia a los films de espionaje. Pero el resultado es despreciable porque el humor trata de construirse a través de la estupidez de los personajes. Ni siquiera Vincent Price puede darle a sus líneas de diálogos algo de ironía. Los intentos de slapstick sólo quedan en eso. La persecución final por las calles de San Francisco queda arruinada por los fondos pegados detrás de los personajes. La única sonrisa que se roba es a través de la inclusión de un número musical. Lástima que hay uno solo.