Drama en el que un barman inicia una relación con la propietaria del departamento que alquila en Londres. Adaptación de cuentos de Hanif Kureishi. Decir que se trata de un film sobre la incomunicación (la pareja casi no habla cuando se encuentra, no conoce nada de sus vidas, mantiene un pacto de silencio) sería una obviedad, pero el sexo es el modo de comunicación más íntimo. El trabajo de puesta en escena de Chéreau sobre el cuerpo (la panorámica del protagonista durmiendo al principio, el ralentí en el momento de acercamiento, la pregunta después de acabar, el final con la ropa puesta) desvía la atención de cuestiones más argumentales. En lo formal domina el uso de la cámara al hombro en las calles, el gusto por los fundidos en los interiores y la utilización de canciones de rock. Recursos que confirman las cualidades de esteta de Chéreau. Si bien la investigación secreta que hace el protagonista sobre la mujer y los flashbacks de su vida anterior poco agregan en relación al dolor presente. En la resolución persiste cierta aureola pesimista que acompaña a los films eróticos desde la década de 1970 iniciada por Ultimo tango a Parigi (1972) y Turkish Delight (1973). Lejos del supuesto escándalo por las escenas de sexo, Chéreau plantea un film adulto y sin concesiones.