Comedia dramática en la que una niña de 12 años es objeto de burla en la escuela e ignorada en su casa en New Jersey. Pocas veces el retrato de la infancia en el cine ha sido objeto una desdicha tan cruda. El film combina la crueldad y el sentido del humor de una forma que perturba e incomoda al espectador. Es imposible no sentirse identificado con alguna de las situaciones ya sea de uno u otro lado (la protagonista no encuentra lugar para sentarse en el colectivo, no quiere ir a algún lugar, se le ríen por la ventana). El despertar sexual y las relaciones con los chicos proveen unos oportunos cambios de tono (ahí la decepción es más “natural”). La resolución para nada complaciente pone el paso del tiempo como única solución.