Film de catástrofes en el que una explosión deja abnegado el túnel que conecta Manhattan con New Jersey. Más allá del dibujo y del comportamiento primario de los personajes y de unos efectos especiales de dudosa procedencia, el film resulta llevadero. En parte gracias a la fluidez de la puesta en escena, a la ausencia de primeros planos y a la importancia del decorado. Todo ello le da un lejano realismo. El largo plano secuencia dentro del túnel es un prodigio técnico.