Comedia romántica en la que un investigador de serpientes millonario conoce a una estafadora en un barco camino a New York. Sturges trata de revitalizar la screwball comedy conservando el slapstick pero dándole ciertas resonancias bíblicas a la trama. Para Barbara Stanwyck funciona de maravillas, pero el personaje de Henry Fonda resulta tan ñoño e intrascendente que la película queda desbalanceada. Hay algo de Renoir en el retrato que hace de amos y sirvientes, pero esta idea sólo queda en la superficie.