Cuento de terror en el que un veterano de guerra ciego se muda a una comunidad para retirados habitada por hombres lobo en el estado de New York. Bogliano elige un buen lugar para hacer su debut en Estados Unidos: una producción independiente auspiciada por Larry Fessenden. Si bien el subgénero de hombres lobo siempre es un poco traicionero en el cine, realiza su película más madura y reposada, aunque no la más lograda. Luego de un primer ataque sorprendente (en el que los efectos de maquillaje artesanales nos retrotraen a las películas de hombres lobo de principios de la década de 1980), el film se toma un tiempo (un mes en la trama, hasta la próxima luna llena) para hacer un efectivo retrato del personaje y de la comunidad a la que se mudó. Es cierto que el guión de Eric Stolze no ayuda en cuanto a los diálogos, la caracterización que hace de los ciegos y el dibujo de los secundarios, pero Bogliano no pierde la paciencia. Muchos críticos han notado las similitudes con Gran Torino (2008), pero la película con las que tiene más puntos en común es Red (2008) de Lucky McKee. Tal vez Bogliano se fija demasiado en su protagonista, en detrimento de los demás. Aun cuando el relato en determinado momento quiebra su punto de vista, la pesadilla es subjetiva.