Cuento de terror y ciencia ficción en el que un doctor secuestra parejas para experimentar con el sexo en Buenos Aires. El film es una rareza en estado puro. La trama incluye un científico loco, un monstruo ridículo y una casa escondida en el campo. Más allá de la delirante historia, hay cierto cuidado en la planificación, momentos de suspense y la fotografía en blanco y negro de Aníbal González Paz que agrega un toque enfermizo. Las escenas eróticas no son tal cosa, pero para la época (fue filmada en 1967) hay que reconocerles la valentía.