Cuento de terror en el que una mujer seduce y asesina hombres en Buenos Aires. Tamae Garateguy prueba suerte con el cine de terror, pero su acercamiento queda a mitad de camino. Y no sólo por el título engañoso (no hay hombres o mujeres lobo en la película). El film no carece de atractivos. La fotografía en blanco y negro, las locaciones del centro de la ciudad y las escenas en subte le dan un apropiado marco. Los enigmáticos cambios de apariencia de la protagonista (interpretada por tres bellas actrices) generan algo de intriga. Pero las escenas de sexo y violencia carecen de impacto y la trama policial del agente que la persigue en secreto en ningún momento puede ensamblarse. En consecuencia los diálogos y el dibujo de los personajes devienen pretenciosos, balbuceantes, soporíferos.