Drama en el que una chica que vive con su abuela va visitar a su padre recién salido de la cárcel en Buenos Aires. A partir de la sencillez de la historia, los personajes y las relaciones, Ortega trata de crear climas y sensaciones con el uso de los planos detalle, las fugas del montaje y la presencia de animales. El problema es que el acabado formal del film, con la fotografía en video, los cortes artificiales y la música impostada, está muy por debajo de las pretensiones. Lo que queda es un ejercicio autocomplaciente.