Comedia dramática en la que un grupo de amigos se reúne el último día de 1999 para comer un asado en la terraza de un edificio en Rosario. La ausencia de ornamentos en cuanto a la apariencia, vestimenta y forma de hablar de los personajes le da al film una autenticidad poco forzada. Sin proponérselo El asadito insinúa un retrato generacional de los hijos de la dictadura. Pero llega un momento en que las situaciones se agotan, los diálogos se repiten, las necesidades narrativas hacen surgir rencores caprichosos y se pierde el encanto de la primera mitad.