Comedia dramática en la que una chica llega a un pueblo con un único cine a punto de cerrar en la Patagonia en la década de 1970. Parece que Agresti se regocija con los buenos sentimientos y los personajes excéntricos. Pero tiene muy poco que mostrar sobre el cine y los pueblos perdidos. Y mucho menos que decir sobre la mala influencia de la televisión y los gobiernos autoritarios. Sólo en algunos momentos (la llegada de la protagonista al bar vacío, el relato de una tortura de Ulises Dumont o la aparición de Jean Rochefort) la película logra alguna emoción.