Comedia romántica en la que un joven secuestra a la hija de su jefe en Los Angeles. Luego de sacudir el panorama del cine británico con Shallow Grave (1994) y Trainspotting (1996), Boyle se muda a Hollywood con una pequeña rareza. Si bien la película busca constatemente el apoyo en los géneros (la screwball comedy, la road movie criminal, la comedia con ángeles, el musical, hasta el terror), la mezcla se sostiene por sí misma. Antes que nada por la capacidad de Boyle de imprimir vértigo a la acción sin caer en el montaje caótico e insertar la música electrónica con ritmo e inteligencia. Además, Ewan McGregor y Cameron Diaz hacen creíbles a sus personajes. El film evita en todo momento el sentimentalismo almíbar. Las pinceladas de humor british adornan la relación sentimental de la pareja. Hay que reconocer que el guión no es perfecto y que la historia de ángeles descoloca un poco, pero en la variedad también está el gusto. Boyle tal vez decepcione al que buscaba sordidez y realismo.