Film de animación en el que el que una chica es perseguida por unos piratas a causa de una piedra que lleva hacia un castillo flotante en el siglo XIX. Uno no puede más que rendirse ante la perfección de la animación (figura y fondo son impecables), la armonía narrativa (casi una sinfonía con todos sus movimientos) y la belleza de la música de Joe Hisaishi que transmite la emoción en estado puro. El excéntrico diseño de las criaturas (el robot que vuela con alas) y la exactitud en la captura de gestos y miradas hacen que los personajes cobren vida.