Drama en el que tres hermanas de clase trabajadora viven en Londres. Luego de algunas incursiones genéricas y adaptaciones literarias, Winterbottom encuentra un estilo que no es original en sí, pero logra la fusión de clasicismo y modernidad que buscaba. Tenemos la veta social (heredera del cine británico), el rodaje en las calles con cámara en mano de las nuevas olas, la narrativa fragmentada e interrumpida del cine contemporáneo y el frágil estilismo despreocupado del cine de Wong Kar Wai. Todo unificado por la poderosa banda sonora de Michael Nyman. Es precisamente la música la encargada de conectar las secuencias y las historias, dar la progresión dramática, potenciar las emociones, puntuar los estados mentales de las protagonistas y hacernos creer que las vivencias cotidianas tienen algún sentido y trascendencia. De esta forma Winterbottom convierte a las luminosas urbes modernas en un reflejo de los estados emocionales de sus habitantes. El film es una demostración de que todavía el estilo no es pura fórmula o manierismo, sino simplemente una forma de acercarse a las cosas.