Drama bélico en el que un periodista inglés y uno americano unen sus equipos para cubrir la guerra de la ex Yugoslavia en Sarajevo en 1992. El film es un acercamiento válido y sincero, pero en el fondo blando y poco comprometido, a un conflicto bélico reciente. Winterbottom recurre a la fusión de imágenes de video, material de archivo y dramatización en 35mm que después utilizaría en 24 Hour Party People (2002), aunque en este caso sin la misma eficacia (el tema no puede ser más diferente). En la primera mitad arma un collage de escenas interrumpidas y situaciones desconexas sin mucho vigor. En la segunda parte dirige la mirada hacia el dilema del protagonista (que adopta una niña bosnia que debe volver ante el reclamo de la madre), pero el pobre dibujo de personajes no ayuda. Lo mejor termina siendo la sobriedad de la interpretación de Stephen Dillane, las locaciones reales que muestran la destruida ciudad vacía, la sin razón del conflicto que se desprende de la invisibilidad de la amenaza y un par de secuencias de suspense (en el colectivo y en el barrio de la madre). Winterbottom hace una primera aproximación al cine de Hollywood todavía un poco dubitativa.