Policial en el que saxofonista casado recibe videos amenazadores en su casa en Los Angeles. La película es una pesadilla fantástica salida de la más retorcida imaginación. David Lynch combina elementos del film noir con algunos toques fantásticos y terroríficos. El relato está dividido en dos partes. En la primera, la excelente ambientación en la casa oscura, con sus pasillos y paredes amenazantes, transmite la tensión entre la pareja protagonista y la intranquilidad de la tranquilidad. En el medio la historia da un quiebre fantástico que incluye una inexplicable metamorfosis del protagonista. La segunda parte (en la que un joven conoce a una mujer y se enfrenta a un gangster) tiene mayor carga sexual y poco a poco establece conexiones con la primera. Las diabólicas apariciones del personaje interpretado por William Blake (vestido de negro, con la cara blanca, siempre sonriente) valen toda la función. Pese a que no puede encuadrarse dentro del cine de terror, la película tiene varios elementos del género: la permanente oscuridad, el gore, la torturada existencia de los protagonistas. La resolución vuelve a quebrar la línea temporal y desconcierta aún más. Es imposible entenderla, sólo queda disfrutarla. Lost Highway es un viaje alucinando a lugares y situaciones de pesadilla.