Drama en el que un grupo de personas coinciden en la masacre de un banco en Viena. El ejercicio narrativo de estructura discontinua puntuado por noticieros de televisión y los temas de siempre de Haneke es más previsible y facilista que de costumbre. Aun así, las escenas del estudiante que practica ping-pong con una máquina, la pelea del matrimonio en la cena y el anciano que llama a su familia tienen una enigmático poder afectivo.