Drama en el que un ejecutivo de una tabacalera decide denunciar a su empresa en Louisville, Kentucky en 1994. Basado en un caso real. El film es un alegato contra los manejos de las corporaciones tabacaleras y periodísticas. El problema es que la indagación en los personajes (el científico que denuncia y el periodista que lo alienta) no puede quitarse de encima la trascendencia mediática del caso en que se basa. El conflicto ético es mucho más atractivo en el científico que ve cómo su mundo se desmorona (acepta el trabajo por dinero, forma una familia en el lujo, duda de violar el pacto) que en el periodista de posición acomodada que defiende a ultranza la ética periodística. En realidad, lo único que le da legitimidad al planteo de la película es que habla con nombre y apellido. Michael Mann no renuncia a ciertos recursos estilísticos para animar la función (la cámara nerviosa, los encuadres geométricos y la excelente banda sonora). Es una lástima que abandone la figura del científico en la recta final. La resolución queda dentro de los cánones previsibles. The Insider es un film cuyo carácter testimonial y gusto por los detalles pronto revela un gran vacío.