Drama en el que un grupo de soldados alemanes son utilizados para desarmar las bombas sin explotar que quedaron en Berlin poco después de la segunda guerra mundial. El film queda lastrado por la previsibilidad del guión (ya sabemos quiénes quedarán) y por el pobre retrato de personajes (desde la voz en off que presenta la historia), pese a que la puesta en escena de Aldrich (el uso de los espejos y los decorados) y la actuación de Jack Palance (en constante estado de irritación) lo hacen más llevadero.