Film noir en el que un traficante americano es contratado por un millonario que acusa amnesia para que investigue su pasado en Europa. A fuerza de un ritmo narrativo endemoniado, de unos personajes tan desagradables como extravagantes, de una construcción de la trama tan obsesiva como imprevisible y de unos constantes giros, sorpresas y vueltas, Welles crea otro monstruo cinematográfico en el vacío (pero no vacío). Más allá de su indagación en el poder, en la mentira y en la paranoia, se impone una reflexión sobre el tiempo: ocultar el pasado lleva a descuidar el presente y regalar el futuro. Welles siempre fue un hombre de su época.