Drama en el que un samurái traiciona a un rey para ocupar su lugar en Japón en el siglo XVI. Kurosawa traslada Macbeth de Shakespeare a su país. La adaptación se da puramente en términos visuales, sin respetar demasiado los diálogos originales. El film confirma a Kurosawa como uno de los mejores paisajistas de la historia del cine. La interpretación que hace de la tragedia muestra a Lady Macbeth como un auténtico monstruo. La resolución es un poco diferente.