Drama en el que un hombre maltrata a su esposa por los quehaceres domésticos en Dinamarca. Dreyer realiza una pequeña pieza de cámara que aprovecha la concentración espacio-temporal y las situaciones cotidianas. Más allá del desequilibrio en las dos partes en que está dividido, de la naturaleza edificante del relato y de la resolución demasiado optimista, el film es capaz de emocionar con mínimos gestos.