Drama criminal en el que un prisionero escapa a un linchamiento, es dado por muerto y espera el juicio de sus atacantes en un pueblo de Illinois. Lang debuta en Estados Unidos con las cosas como las dejó en Alemania. La imposibilidad de juzgar y el germen fascista oculto están mostrados con cierto humor subterráneo y su malicia habitual. Encuentra en las inmensas potencias de lo falso (esas escenas de juicio mera representación) que la imagen de la “perfección” ya genera conflicto: la habitación con las camas iluminadas simétricamente.