Slasher en el que una adolescente va a pasar el verano a la casa de su abuela que maneja una posada en la que sus huéspedes empiezan a desaparecer en Connecticut. Se agradece que Fruet adopte un tono más ligero que sus anteriores trabajos. Ya sea en el retrato de personajes como en las situaciones. La película está más cerca del modelo de Psycho (1960), pero los recursos del slasher adolescente, aunque escondidos, están presentes por todos lados: la joven protagonista entra en la tipología de las heroínas del subgénero, la cámara subjetiva, el móvil resentido del asesino. El problema del film es que una vez presentado el escenario, se atasca en la incapacidad para actuar de la protagonista y en el hecho que los asesinatos quedan en off visual. Algunos estilismos en la puesta en escena como la iluminación no son suficientes. Cries in the Night, a diferencia de otros slashers canadienses como Prom Night (1980) y Terror Train (1980), no consiguió inmediata distribución en Estados Unidos (se estrenó dos años después como Funeral Home) y quedó un poco relegada en la consideración.