Drama en el que una profesora de música enseña violín a los estudiantes de una escuela primaria de Harlem en New York en la década de 1980. Basado en una historia real. El film está narrado en dos partes (la llegada a la escuela en la década de 1980 y el corte presupuestario en la escuela diez años después). Trata de abarcar el costado personal (madre divorciada que cría a dos hijos en solitario) y profesional (la lucha por ser aceptada en la escuela) de la protagonista. Pese a cierta sinceridad en el planteo y austeridad en la puesta en escena, Wes Craven no pierde las tácticas de manipulación. En el terror eran los sustos, la sangre y la violencia, aquí son las canciones, los niños y las lágrimas (el montaje de la pelea con el hijo, la pelea con el novio seguido del primer concierto es un ejemplo). El problema es que todo termina siendo demasiado superficial. El film no profundiza en la obsesión de la protagonista, apenas sugiere un carácter autoritario y su relación con los hombres. Por momentos da la impresión que es un telefilm de lujo. Meryl Streep tiene un papel a su medida y se luce con pequeños gestos y reacciones. Craven logra deslizar algunos apuntes dispersos (la relación de los hermanos, el papel de la directora), no caer en los golpes bajos e imprimir cierto ritmo narrativo a la primera parte. Pero los últimos 30 minutos de la película no tienen sentido, aunque seguramente por ellos se hizo.