Cuento de terror en el que una adolescente condenada a repetir el mismo día empieza a sospechar la presencia de fantasmas en su casa en Ontario en 1986. Luego de la buena experiencia de Splice (2009), Natali continúa en el género de terror con una historia de fantasmas escrita por el guionista de Cypher (2002). La novedad del planteo es que la inversión de los roles de los fantasmas (ya vista en The Others (2001) por ejemplo) se da a través de los viajes en el tiempo. El problema es que la película se queda atada a las revelaciones del guión. Y su protagonista, Abigail Breslin, carece de rasgos más perturbadores para sostener su papel. La primera parte del film se desarrolla como un episodio de The Twilight Zone (1959-1964). Natali dota de cierto ritmo musical a los planos y saca provecho de las repeticiones de situaciones. De hecho uno de los personajes más tarde dice: “la historia no se repite, rima”. Hay ciertos parecidos con Cube (1997), en el sentido que la protagonista queda atrapada en una especie de laberinto del que no puede salir. Pero pasada la mitad del film el concepto se resiente y carece de variantes. La puesta en escena de Natali muestra una recurrencia por los planos de los ojos, los planos detalle y la sugerencia. Se beneficia de alguna secuencia en el pasadizo abandonado del sótano. Pero no logra establecer una amenaza constante y sostenida.