Comedia negra en la que un estudiante de psicología toma un trabajo como encargado de un complejo de departamentos en Los Angeles. Poco puede hacer Hooper con la hibridación de géneros y tonos (trama policial ridícula, sentido del humor infantil), con el músculo televisivo de los actores y con los tiempos muertos que no se llenan ni se vacían, más que incluir la imagen de una maqueta con ratas en la secuencia de créditos.