Cuento de terror en el que Sherlock Holmes investiga las muertes en una familia atribuidas a un perro de caza en Londres en el siglo XIX. En la primera versión en colores de la novela de Arthur Conan Doyle, Fisher aporta toda la atmósfera gótica propia de la Hammer. El film está más cerca del cuento de terror que del relato de misterio. Aunque la figura de Sherlock Holmes funciona mejor en la literatura que en el cine, Peter Cushing al menos no disimula su aspecto caricaturesco. En la resolución, el perro parece casi un caballo. Aunque no se nota la máscara, tampoco es muy aterrador.